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Fujimori y el indulto

Publicado: 2010-01-05

El TC no podría ver el caso Fujimori. Se puede discrepar de la sentencia, asumirla excesiva o lo que sea, pero toda diferencia se resuelve dentro del propio proceso y con los recursos que franquea la ley.

Si cada vez que perdemos un juicio recurrimos a una acción de garantía (si no se ha vulnerado el debido proceso) la Justicia perdería su fundamento.

Para no enredarlos en fraseos jurídicos, a Fujimori sólo le quedaría, en apariencia, una vía para no comerse 25 años a la sombra y es el indulto. ¿Le quedaría ese camino? Estimo que no, dado que su sentencia es por violaciones de derechos humanos (ver sentencia de la CIDH sobre Barrios Altos) y, por tanto, no es indultable.

Ha habido un abuso de los indultos en el Perú, lo vimos en un post anterior. Alan García, pese al Derecho Internacional de los Derechos Humanos, podría pensar en indultar a Fujimori, lo que podría sumar los anticuerpos del "chino"  a los suyos propios. Podría cosechar por un lado, pero restar por otro. Fujimori puede tener una base social, pero también tiene un techo electoral (si fuera el caso) bastante bajo, un poco más arriba del techo de Humala (condenado a ser perdedor con cualquiera en segunda vuelta).

A García sólo le serviría el indulto a Fujimori (con las consecuencias hacia afuera) si opera como un canje aprista y si y sólo si Keiko gana el 2011 o logra una numerosa bancada. Aunque si gana Keiko, no necesitaría del indulto de García a su padre, para nada. Perdonen el lío. Pero, de todos modos, Keiko como Humala no tienen piso para ganar en segunda, o sea ganar en definitiva.

El asunto no es fácil. Si gana Castañeda, Toledo, un outsider o quien fuera, podría indultar a Fujimori para negociar apoyos parlamentarios del fujimorismo; pero quizás no sea un buen negocio si genera "antis" demasiado serios y conflictos innecesarios. En todo caso, mantener a Fujimori preso unos tres o cuatro años daría fuerza de presión política al gobernante de entonces sobre los fujimoristas y generaría expectativas suficientes para manipularlos en las votaciones parlamentarias. Difícil saber si un gobierno gana algo indultando a Fujimori o si gana más haciendola larga.

En general, el indulto se presta a estos juegos, cuando se trata de un político el condenado. En teoría y así debiera ser, vale si es humanitario, si se justifica, pero se desnaturaliza si se convierte en una puerta de salida de prisión o en algo poco más sutil que una pendejada (disculpe el término). Vea sino el caso Croussillat, al que ya veremos, vívido, haciendo negocios.

Como comenta uno de mis lectores (Ricardo Elías)-ver su comment-, cuya carta publicamos recientemente: "Con los indultos y las conmutaciones de pena hemos creado un sistema paralelo al judicial. Si bien ambas instituciones son empleadas en todo el mundo, la experiencia comparada nos demuestra que cada vez se emplean menos y que en los casos concedidos son por razones extraordinarias. El gobierno de Alan García se caracteriza por ser sumamente generoso en la aplicación de esta medida. Basta recordar algunas cifras respecto a los indultos:

Morales: 403

Belaunde: 2839

García (I): 4316

Fujimori (I): 2823

Fujimori (II): 3821

Paniagua: 508

Toledo: 309

Según el presidente García, en el 2009 ha concedido más de tres mil indultos y conmutaciones. Con esto habría batido su propio record"

Dice luego "En el Perú, el interno puede optar por el beneficio penitenciario o por el indulto (o la conmutación de la pena) debiendo cumplir con los mismos requisitos para su concesión".

Cita el caso francés y el quiebre de la figura: " Sarkozy al asumir el mando indicó que no concedería indultos masivos sino que atendería a razones excepcionales que lo justifiquen. Con esta decisión quebró una tradición que sus antecesores habían forjado: al asumir el mando excarcelar a cientos o miles de reos"

Luego se pregunta: "¿Por qué mantener una facultad tan vetusta si tenemos mecanismos judiciales y constitucionales con los que alcanzamos el mismo resultado?"

En el Perú, solemos crear leyes e instituciones que mutan hasta la perversión, así, el indulto, que bien podría rescatar a un anciano muy enfermo y agónico de una prisión, se convierte en una llave para librarse del encierro. Allí donde no puede la ley ni el abogado, puede la trampa...


Escrito por

El fantasma

Justiciero y franco.


Publicado en

El fantasma de la Opera

Pensando en voz alta