Soy de los que se solazan de las historias de las casas, de los que investigan quiénes las habitaron. En los recovecos y los rincones perviven las voces del pasado, los fantasmas sacudidos de pasiones, tiempos de padecimientos que fueron, sucesiones que corren, generaciones inasibles, fotos que advierten de un origen. Cada casa tiene su historia y su sello.

Como las ruinas o las huacas, las viejas casas guardan visiones que subyacen en la memoria, huellas sin tiempo. Algunas de ellas me recuerdan a Comala y a Rulfo, a Pedro Paramo cohabitando con los fantasmas, que no es otra cosa que una manera peculiar de convivir con la Historia.

Con ustedes Pedro Paramo e Imaginantes, una joya de la televisión mexicana.