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Evo, el ministro de Chávez

Publicado: 2012-01-13

Se sabe de los sólidos vínculos entre Venezuela e Irán y que era previsible que Evo Morales siguiera los dictados de Hugo Chávez con relación a su diplomacia. Evo es amigo de los amigos de Chávez y enemigo de sus enemigos. No es casual que tras la gira del gobernante iraní por el eje bolivariano, el Presidente boliviano anunciara la ruptura  diplomática con Israel en repudio ante la invasión que mantiene en la Franja de Gaza.

En otros términos y tras tantos años de conflicto y de masacres de ida y vuelta, Bolivia se animó a distanciarse de una de las partes en un conflicto que le es absolutamente ajeno.  Evo tomó partido y se definió del lado de los malos en este barrio de broncas en que se ha convertido la América. Sí, la América desde la tierra de Jefferson y Franklin hasta la Patagonia. Bolivia irá más lejos aún y denunciará al Estado israelí ante la Corte Penal Internacional por los hechos ocurridos en la Franja de Gaza. Nada menos. El tema no es que tan amante es el gobernante altiplánico de los derechos humanos sino cuan aliado es de una izquierda latinoamericana que empieza a urdir una trama religiosa para sembrar adhesiones y confrontar con el "imperio". Dada la situación y de las mayordomías en la región, el único imperio visible es el de Hugo Chávez.

Para decirlo en todas sus letras, el tema no es Israel y la violación de derechos humanos, como en el conflicto antiminero no es el agua; en general, la izquierda ha sabido envolver en discursos aparentes el meollo de sus fines: la derrota política de una derecha a la que sólo pueden vencer manipulando los términos y concibiendo banderas morales ficticias, que no se corresponden con lo que, en realidad, pretenden.

Para Bolivia, el rechazo a Israel no es sino un guiño a Irán y un guiño que, por cierto, debe de serle bastante rentable. El guiño es también un rechazo a los Estados Unidos y el rechazo a Estados Unidos no es sino a la sustancia histórica de este país: la esencia de la libertad, la democracia y la vigencia de aquellos derechos que la Declaración de Independencia consagró desde fines del siglo XVIII.

Evo terminó siendo, qué duda cabe, un buen ministro de Chávez. Rogamos que el llanero jamás encuentre a su Comandante.

PS. Si le informamos a Evo de las cárceles cubanas ¿Qué diría de Cuba? Los crímenes nunca los comete la izquierda, claro, cómo no.


Escrito por

El fantasma

Justiciero y franco.


Publicado en

El fantasma de la Opera

Pensando en voz alta